sábado, 11 de agosto de 2012

2Min♥

SHawol Dice:
OJO chic@s! esta es la continuación del fic de "AMOR A PRIMERA VISTA" y contiene LEMON/LIME, YAOI o SLASH así que se recomiendo la lectura  solo a MAYORES DE 18 ¿vale?

"Amor a primera vista"


-Tenemos que irnos – dijo mientras se paraba hacía la puertita del carro, mis mejillas estaban totalmente sonrojadas y sentía mi cara hervir, se regresó al ver que no me movía de mi lugar y me tomó de la mano y abrió la puertita – Vamos a tener que saltar, intenta caer como yo – Lo vi brincar y caer con las rodillas flexionadas, no estaba seguro de poder lograrlo, estaba muy alto.

-Hyung, no creo poder hacerlo – dije aferrándome a la puerta – esta muy alto

-No temas, aquí estoy yo para cacharte – ahí estaba él, con los brazos extendidos, no había nada que temer, me lancé y el alcanzó a tomarme en sus manos, en cuanto pise el suelo, sujeto de nuevo mi mano y comenzamos a caminar, no había pierde, solo teníamos que seguir el teleférico.

-Hyung, ¿No tienes frio? – dije al sentirme lo suficientemente caliente con los 2 abrigos.

-No, estoy bien, traigo este abrigo y una camisa de manga larga abajo, estoy bien no te preocupes, ¿Cómo estas tu?

-Bien, ¿Crees que lleguemos a la cabaña?

-Tae, nuestra cabaña está muy cerca del teleférico, no nos faltaba mucho por llegar, así que yo creo que en unas horas estaremos ahí – no dije nada más, me limité a seguir los pasos de mi hyung, caminamos y caminamos, sentía mis hombros pesados por la nieve que caía constantemente, descansamos un poco cuando nuestros pies se comenzaron a hundir en la nieve y ahí aproveche para regresarle el abrigo a Minho, al principio no lo quiso, pero después lo acepto a regañadientes.

-Minho… ya no siento mis pies ¿Falta mucho?

-Aguanta un poco más, estamos a poco tiempo de llegar, ya puedo ver las fumarolas de las cabañas – asentí, caminamos unos pocos metros más y caí - ¡Taemin! – gritó – Te vas a congelar si haces eso.

-No puedo más Minho, tengo frió y estoy cansado – Minho se agacho y me cargo en su espalda, no dijo nada pero yo lamentaba causarle tantas molestias, me apreté bien a su cuerpo para aunque sea transmitirle un poco de mi calor, después de un rato de caminar, vi las primeras cabañas, a Minho se le doblaban las rodillas, pero no decía nada, me baje en cuanto llegamos a terreno conocido y me pase un brazo suyo sobre mis hombros, y le ayude a dar los últimos pasos, abrí la puerta y cerré tan rápido como pude, lo acosté en la cama y corrí por leña para prender la chimenea, Minho por su lado se dejo caer vencido.

Fui por sábanas y baje algunas almohadas, hice un tendido frente a la chimenea y comencé a llenar la tina con agua caliente, estaba a punto de caerme, mis pies estaban congelados, pero Minho debería de estar peor, levanté a Minho como pude, me preocupo porque no estaba muy consciente, no logré desvestirlo, solo le quite el calzado y cosas importante y lo aventé a la tina con todo y ropa, ya tendría tiempo de disculparme más tarde, cerré la puerta del baño y la ventana y me dedique a echarle agua caliente sobre su cara, su cara estaba muy blanca y sus labios morados.

-Minho, Minho reacciona, vamos levántate – dije golpeando un poco sus mejillas – no me dijiste que estuvieras tan mal, por favor Minho – dije con algunas lágrimas en mi cara.

-Tae…min – dijo girándose hacia mí lentamente – estoy bien no te preocupes – estiro una mano, me tomo del brazo con el que me apoyaba en la tina y lo jaló, caí dentro del agua con todo y celular, caí encima de él mi rostro sobre su pecho, apenas salía de la superficie, quise zafarme de tan incómoda situación, pero él me apretó más hacía sí.

No me moví más, realmente estaba a gusto así, con él a mi lado y con el agua calentando cada parte de mi cuerpo. La mano de Minho pasó a acariciar mi cabello y luego mi cara, me deje hacer, recordé lo que paso en el teleférico y alce mi vista para verlo, quería saber que había pasado en ese momento, pero en cuanto encontró mis labios los volvió a capturar, el calor que me había invadido hacía unas horas, volvía a mí, era un calor diferente al del agua, un calor que nacía en mí.

Pasé mis manos tras su cuello y me senté sobre su regazo, mis piernas lo rodearon, el beso subió de intensidad y pronto nos separamos, lo mire a los ojos y él a mí, suspiro cerca de mis labios y después descendió, lo sentía besar mi cuello, darme pequeñas lamidas, no pude resistir el placer que eso me producía y solté un gemido, alzo la vista sin despegarse mucho de mi cuello y solo atiné a verlo un poco avergonzado.

-Te vez tan lindo así – alzo mi camisa y pronto quede sin ella, esperaba sentir el aire frio chocar con mi cuerpo, pero nunca llegó, en cambio sentía los cálidos toques de este hombre, busque la forma de quitarle la camisa y al ver que luchaba mucho con ello, él se la quito, miré atónito sus pectorales, estaba muy bien formado, su cuerpo era digno de admirar baje por su cuello y limpie con mi lengua unas gotitas que tenía en su pecho, me tomó de la cara y me besó.

No supe cómo, ni a qué horas pasamos al tendido que había hecho a un costado de la chimenea, desnudos, me despojo de toda ropa, encerró mis manos con las suyas y pronto lo sentí intentando entrar dentro de mí, tenía miedo, jamás había intentado algo así, pero con Minho todo parecía tan…tan ¿Normal?

-Min…ho – dije como pude – espera…- me apoye sobre mis codos y me levante un poco, quería verle a la cara, quería encontrar esa seguridad que ocupaba en esos momentos – Yo… - el me miro con clara duda en su cara – bueno… - comencé a pensar en la mejor forma de hacerle saber que aun era virgen, no podía soltárselo así como así ¿verdad?

-¿Qué pasa Minnie? – dijo con su voz ronca por la exitación.

-Yo jamás he intentado esto Minho – dije sonrojado – No sé si… estemos haciendo bien – miré hacia otro lado – Yo… tengo miedo.

-¿Taemin, estas dudando? – lo volteé a ver, no dudaba de él, dudaba de mí – Yo tampoco he hecho esto otras veces, jamás he estado con un hombre pero… tú… tú tienes algo – se sonrojó – que no puedo evitar amarte – abrí mis ojos ante su declaración, ¿Me había querido decir que le gustaba? ¿Le gustaba al gran Choi Minho? ¿Al hombre de portadas?

-Minho… - susurré y él me beso

-¿Sientes lo mismo? – sus ojos parecían tan asustados de escuchar una respuesta negativa, que no pude evitar abrazarle.

-Minho, me siento igual, pero… no es eso a lo que temo… - espero pacientemente a que continuará – jamás he estado con nadie, ni con chicas, ni chicos – dije por fin - ¿Entiendes?.

-¡Ah! – se soltó de mi agarré y me miró con una enorme sonrisa en sus ojos – entonces me encargaré de que esta sea la mejor noche de tu vida.
No tuve que objetar más, confiaba en él, ponía mi alma y mi cuerpo en sus manos, lo sentí tratar lentamente de penetrarme… lento, poco a poco fue entrando en mí, quise evitar gemir, pero él me pidió que no me retuviera, que gimiera, que dijera su nombre, estoy seguro que todos los vecinos me  escuchaban, Minho iba tan lento que por un momento olvide el dolor y quise sentirlo dentro de mí por completo de una vez por todas, necesitaba de esa sensación. Fue como sí el hubiese leído mi mente y sin decir “agua va” entro de lleno en mí, silenció mis labios con un beso y después de un momento comencé a mover mis caderas, ya no me dolía, de hecho ahora quería sentirlo más, quería llevar yo el control.

Giramos y quede yo sobre él, seguíamos tomados de las manos y yo continuaba en mi trabajo de mover mis caderas, circularmente y de arriba abajo, Minho parecía disfrutarlo igual o más que yo, tomó mis caderas y me levantaba y sentaba rápidamente, pronto tomé el ritmo y comencé a serlo por mi cuenta.

Estaba en el paraíso, de qué me había perdido toda mi vida; cuando estaba a punto de llegar a mi clímax Minho me giró y me embistió fuertemente mientras jugaba con mi miembro, no lo aguante, me levante, me aferré a él y nos venimos juntos, todo era perfecto, ahora estaba más que seguro que estaba enamorado de este hombre, le amaba como a nada en el mundo.

Nos acomdamos en el tendido y nos tapamos, él colocó un brazo debajo de mi cabeza y yo me abrazaba a su pecho.

-Sabes – dijo mientras jugaba con mi cabello húmedo por el sudor
-¿Hmm?  - dije medio adormilado
-Te amo – fue lo ultimo que escuche ese día de ensueño, un hermoso “te amo” antes de caer en los brazos de morfeo.

-Y yo a ti – quise decir, pero no sé si mis labios me permitieron decirlo.
Continuará....

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