OJO chic@s! esta es la continuación del fic de "AMOR A PRIMERA VISTA" y contiene LEMON/LIME, YAOI o SLASH así que se recomiendo la lectura solo a MAYORES DE 18 ¿vale?
"Amor a primera vista"
-Tenemos que irnos – dijo
mientras se paraba hacía la puertita del carro, mis mejillas estaban totalmente
sonrojadas y sentía mi cara hervir, se regresó al ver que no me movía de mi
lugar y me tomó de la mano y abrió la puertita – Vamos a tener que saltar,
intenta caer como yo – Lo vi brincar y caer con las rodillas flexionadas, no
estaba seguro de poder lograrlo, estaba muy alto.
-Hyung, no creo poder hacerlo – dije aferrándome a la puerta – esta muy
alto
-No temas, aquí estoy yo para cacharte – ahí estaba él, con los brazos
extendidos, no había nada que temer, me lancé y el alcanzó a tomarme en sus
manos, en cuanto pise el suelo, sujeto de nuevo mi mano y comenzamos a caminar,
no había pierde, solo teníamos que seguir el teleférico.
-Hyung, ¿No tienes frio? – dije al sentirme lo suficientemente caliente
con los 2 abrigos.
-No, estoy bien, traigo este abrigo y una camisa de manga larga abajo,
estoy bien no te preocupes, ¿Cómo estas tu?
-Bien, ¿Crees que lleguemos a la cabaña?
-Tae, nuestra cabaña está muy cerca del teleférico, no nos faltaba mucho
por llegar, así que yo creo que en unas horas estaremos ahí – no dije nada más,
me limité a seguir los pasos de mi hyung, caminamos y caminamos, sentía mis
hombros pesados por la nieve que caía constantemente, descansamos un poco
cuando nuestros pies se comenzaron a hundir en la nieve y ahí aproveche para
regresarle el abrigo a Minho, al principio no lo quiso, pero después lo acepto
a regañadientes.
-Minho… ya no siento mis pies ¿Falta mucho?
-Aguanta un poco más, estamos a poco tiempo de llegar, ya puedo ver las
fumarolas de las cabañas – asentí, caminamos unos pocos metros más y caí -
¡Taemin! – gritó – Te vas a congelar si haces eso.
-No puedo más Minho, tengo frió y estoy cansado – Minho se agacho y me
cargo en su espalda, no dijo nada pero yo lamentaba causarle tantas molestias,
me apreté bien a su cuerpo para aunque sea transmitirle un poco de mi calor,
después de un rato de caminar, vi las primeras cabañas, a Minho se le doblaban
las rodillas, pero no decía nada, me baje en cuanto llegamos a terreno conocido
y me pase un brazo suyo sobre mis hombros, y le ayude a dar los últimos pasos,
abrí la puerta y cerré tan rápido como pude, lo acosté en la cama y corrí por
leña para prender la chimenea, Minho por su lado se dejo caer vencido.
Fui por sábanas y baje algunas almohadas, hice un tendido frente a la
chimenea y comencé a llenar la tina con agua caliente, estaba a punto de
caerme, mis pies estaban congelados, pero Minho debería de estar peor, levanté
a Minho como pude, me preocupo porque no estaba muy consciente, no logré
desvestirlo, solo le quite el calzado y cosas importante y lo aventé a la tina
con todo y ropa, ya tendría tiempo de disculparme más tarde, cerré la puerta
del baño y la ventana y me dedique a echarle agua caliente sobre su cara, su
cara estaba muy blanca y sus labios morados.
-Minho, Minho reacciona, vamos levántate – dije golpeando un poco sus
mejillas – no me dijiste que estuvieras tan mal, por favor Minho – dije con
algunas lágrimas en mi cara.
-Tae…min – dijo girándose hacia mí lentamente – estoy bien no te
preocupes – estiro una mano, me tomo del brazo con el que me apoyaba en la tina
y lo jaló, caí dentro del agua con todo y celular, caí encima de él mi rostro
sobre su pecho, apenas salía de la superficie, quise zafarme de tan incómoda
situación, pero él me apretó más hacía sí.
No me moví más, realmente estaba a gusto así, con él a mi lado y con el
agua calentando cada parte de mi cuerpo. La mano de Minho pasó a acariciar mi
cabello y luego mi cara, me deje hacer, recordé lo que paso en el teleférico y
alce mi vista para verlo, quería saber que había pasado en ese momento, pero en
cuanto encontró mis labios los volvió a capturar, el calor que me había
invadido hacía unas horas, volvía a mí, era un calor diferente al del agua, un
calor que nacía en mí.
Pasé mis manos tras su cuello y me senté sobre su regazo, mis piernas lo
rodearon, el beso subió de intensidad y pronto nos separamos, lo mire a los
ojos y él a mí, suspiro cerca de mis labios y después descendió, lo sentía besar
mi cuello, darme pequeñas lamidas, no pude resistir el placer que eso me
producía y solté un gemido, alzo la vista sin despegarse mucho de mi cuello y
solo atiné a verlo un poco avergonzado.
-Te vez tan lindo así – alzo mi camisa y pronto quede sin ella, esperaba
sentir el aire frio chocar con mi cuerpo, pero nunca llegó, en cambio sentía
los cálidos toques de este hombre, busque la forma de quitarle la camisa y al
ver que luchaba mucho con ello, él se la quito, miré atónito sus pectorales,
estaba muy bien formado, su cuerpo era digno de admirar baje por su cuello y
limpie con mi lengua unas gotitas que tenía en su pecho, me tomó de la cara y
me besó.
No supe cómo, ni a qué horas pasamos al tendido que había hecho a un
costado de la chimenea, desnudos, me despojo de toda ropa, encerró mis manos
con las suyas y pronto lo sentí intentando entrar dentro de mí, tenía miedo,
jamás había intentado algo así, pero con Minho todo parecía tan…tan ¿Normal?
-Min…ho – dije como pude – espera…- me apoye sobre mis codos y me
levante un poco, quería verle a la cara, quería encontrar esa seguridad que
ocupaba en esos momentos – Yo… - el me miro con clara duda en su cara – bueno…
- comencé a pensar en la mejor forma de hacerle saber que aun era virgen, no
podía soltárselo así como así ¿verdad?
-¿Qué pasa Minnie? – dijo con su voz ronca por la exitación.
-Yo jamás he intentado esto Minho – dije sonrojado – No sé si… estemos
haciendo bien – miré hacia otro lado – Yo… tengo miedo.
-¿Taemin, estas dudando? – lo volteé a ver, no dudaba de él, dudaba de
mí – Yo tampoco he hecho esto otras veces, jamás he estado con un hombre pero…
tú… tú tienes algo – se sonrojó – que no puedo evitar amarte – abrí mis ojos
ante su declaración, ¿Me había querido decir que le gustaba? ¿Le gustaba al
gran Choi Minho? ¿Al hombre de portadas?
-Minho… - susurré y él me beso
-¿Sientes lo mismo? – sus ojos parecían tan asustados de escuchar una
respuesta negativa, que no pude evitar abrazarle.
-Minho, me siento igual, pero… no es eso a lo que temo… - espero
pacientemente a que continuará – jamás he estado con nadie, ni con chicas, ni
chicos – dije por fin - ¿Entiendes?.
-¡Ah! – se soltó de mi agarré y me miró con una enorme sonrisa en sus
ojos – entonces me encargaré de que esta sea la mejor noche de tu vida.
No tuve que objetar más, confiaba en él, ponía mi alma y mi cuerpo en
sus manos, lo sentí tratar lentamente de penetrarme… lento, poco a poco fue
entrando en mí, quise evitar gemir, pero él me pidió que no me retuviera, que
gimiera, que dijera su nombre, estoy seguro que todos los vecinos me escuchaban, Minho iba tan lento que por un momento
olvide el dolor y quise sentirlo dentro de mí por completo de una vez por todas,
necesitaba de esa sensación. Fue como sí el hubiese leído mi mente y sin decir “agua
va” entro de lleno en mí, silenció mis labios con un beso y después de un
momento comencé a mover mis caderas, ya no me dolía, de hecho ahora quería
sentirlo más, quería llevar yo el control.
Giramos y quede yo sobre él, seguíamos tomados de las manos y yo
continuaba en mi trabajo de mover mis caderas, circularmente y de arriba abajo,
Minho parecía disfrutarlo igual o más que yo, tomó mis caderas y me levantaba y
sentaba rápidamente, pronto tomé el ritmo y comencé a serlo por mi cuenta.
Estaba en el paraíso, de qué me había perdido toda mi vida; cuando
estaba a punto de llegar a mi clímax Minho me giró y me embistió fuertemente
mientras jugaba con mi miembro, no lo aguante, me levante, me aferré a él y nos
venimos juntos, todo era perfecto, ahora estaba más que seguro que estaba
enamorado de este hombre, le amaba como a nada en el mundo.
Nos acomdamos en el tendido y nos tapamos, él colocó un brazo debajo de
mi cabeza y yo me abrazaba a su pecho.
-Sabes – dijo mientras jugaba con mi cabello húmedo por el sudor
-¿Hmm? - dije medio adormilado
-Te amo – fue lo ultimo que escuche ese día de ensueño, un hermoso “te
amo” antes de caer en los brazos de morfeo.
-Y yo a ti – quise decir, pero no sé si mis labios me permitieron
decirlo.
Continuará....
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