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Propiedad de Taeemin, por favor no cambien u omitan detalles, palabras, personajes o situaciones, prohibida su exhibición fuera del blog sin previo aviso a la autora u autor!
"Amor a primera vista"
-Minnie, vamos a intentarlo - dijo el
chico con un mechón verde en su cabello.
-¡No, Key! He dicho que no - dijo sin
dejar de empacar el más pequeño de todos.
-¿Por qué no? Hyung - dijo el novio del
primero.
-Simple - dijo el maknae, mientras iba
a buscar más ropa en un cajón - Yo me voy de vacaciones y no pienso cambiar mis
vacaciones solo por ir a ver a un chico que ni en la vida hago.
-Pero no es un simple chico - objeto
Key - es Choi Minho, el genial Minho, el super hot Minho, el ... - se escuchó
una garganta aclarándose, Key miro a Jjong quien lo miraba con cara de
desaprobación - Lo siento - dijo sonriendo con una típica gotita de
sudor resbalando de su frente.
-Ese no es el punto, hyung - continuó
el del mechón güero - el punto es... ¿Cuándo verás a un famoso como él
totalmente gratis?
-¿¡Gratis!? - me exalté - ¡pero si les
está robando un ojo de la cara! - cerré la maleta - chicos, lo siento, es la
primera, y creo, ultima oportunidad que tengo de salir de vacaciones lejos de
casa, no pienso quedarme aquí, ya he comprado los boletos y no pienso perder
ese dinero, por favor entiéndanme - mis hyungs me miraron con su carita de
cordero a medio morir, pero estaba seguro de mi decisión, esta vez no les
funcionaría - Los extrañaré - besé sus frentes y me dirigí a la puerta.
-Por lo menos déjanos acompañarte,
Taemin - dijo Key, corriendo hacía mi con una bufanda - No pensabas irte sin
ella ¿Cierto? - la enrolló en mi cuello.
-Hyung... - dijo sorprendido - no
tenías porque...
-Esperábamos poder convencerte minnie,
pero supusimos que no podríamos así que le sugerí a Key hacerte un regalo y se
le ocurrió hacerte una bufanda, le quedo linda ¿no?
-Sí, muchas gracias hyungs, los quiero
– los abracé a los dos en un solo abrazó y salimos hacía el aeropuerto.
En cuanto llegamos Key ya estaba
llorando y para cuando estaba a punto de abordar el avión JongHyun también lo
estaba, me partía el corazón dejarlos y más cuando se ponían así, nunca los
había dejado por más de 3 días, esta vez era mes y medio, estaríamos bien,
además ya era tiempo de buscar un poco de independencia.
Subí al avión, me senté en la
ventanilla, el lugar preferido de Key y el mío, toque la ventanilla cuando
recordé como había sido mi primer viaje en avión, que aparte era también mi
primer viaje con ellos.
El despegué no se dio a esperar,
abroche mi cinturón y estaba a la espera de ese cosquilleo que se siente al
empezar a volar, miré por la ventanilla como nos íbamos elevando, hasta tener a
las nubes a un lado, no había traído un libro conmigo, lo había dejado en la
maleta, solo traía mi teléfono casi prehistórico, que gracias a dios,
reproducía música; me coloqué los audífonos, me acomodé en el sillón, cerré mis
ojos y esperé a que Morfeo tocará mi puerta.
Cuando desperté ya estábamos
aterrizando, había llegado a mi destino, que no era tan diferente a la postal
que había visto por internet, las montañas estaban igual, sino es que más
nevadas, de lo que había visto, baje y él aire frio me caló, tenía que
conseguir rápidamente mi equipaje. Caminé apresuradamente hacía el lugar donde
se recogen las maletas y esperé hasta ver pasar la mía, una roja.
-Ahí viene- dije emocionado al hallar
mi equipaje después de un buen rato de espera – traté de abrirme pasó entre la
gente para alcanzarla, pero nadie parecía moverse – con permiso, con permiso –
nada, nadie se abría.
De repente una mano tomó mi mochila y
pensé que quizás alguien se había apiadado de mí y pensaba en alcanzármela,
caminé hacía la dirección de quien había tomado mi maleta y lo encontré.
-Muchas gracias – dije mientras la
tomaba por el mango.
-¿Disculpa? – dio un pequeño jalón, que
fue suficiente para zafarme el articulo de mis manos – esta maleta es mía.
-Ahmm, creo que hay un error, esta es
mi maleta… – lo miré de arriba-abajo y deduje que era un – señor.
-¡Ja! ¿Cuántos años crees que tengo?
Qué insulto – se pasó las manos por el cabello y luego señaló MI maleta – esta
maleta es mía.
-Bien, si es suya – me agache para
tomar la etiqueta que le habían puesto cuando la deje – ¿Por qué lleva mi
nombre? – el ¿señor? Se agachó, bajo un poco sus lentes negros y luego se
volvió a erguir.
-Disculpa, no me había fijado, es que
se parece mucho a la mía – esas palabras sonaron muy forzadas para mi parecer.
-Sí, no se preocupe, que tenga buen día
– tomé mi maleta y salí del aeropuerto en busca de un taxi que me llevará al
lugar donde me hospedaría – Muchas gracias, señor – cerré la puerta y miré el
paisaje – ¡Wooooow! Es mucho mejor – sonreí, me abrigue bien y caminé hacía la
recepción – Buenos días, señorita.
-Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?
-Soy Lee Taemin, hice una reservación
aquí la semana pasada.
-¡Oh!, sí – abrió una libreta, la hojeo
un poco y luego me volteó a ver con una cara que no me gusto nada – verá,
joven, una persona muy importante hizo una reservación ayer y ya teníamos todas
las cabañas llenas, así que como todos nuestros clientes ya estaban aquí le
ofrecimos la suya, se supone que hoy se desocuparía una, pero la familia
decidió quedarse unos días más. Lo siento, estoy muy apenada.
-Pero… sí ya había pagado y todo, solo
era de que me diera la habitación, además he venido desde muy lejos y no tengo
donde quedarme.
-Lo sé, joven, le rembolsaremos el
dinero, no sé preocupe.
-No, quiero una habitación, es lo
justo, porqué no le dijeron que estaba lleno y ¿ya?
-Joven, es que usted no entiende, es
una persona sumamente importante.
-Es…¿Un presidente? ¿Un embajador? ¿El
dueño de aquí? – dije apuntó de explotar.
-No, pero…
-Entonces, no hay pero que valga – le
grité, respiré profundo y suspiré - ¿Esa persona ya llego?
-No, pero dijo que estaba a pocos
kilómetros de aquí.
-Bien, entonces lo esperaré y hablaré
con él, el tiene dinero, puedo ir a buscar otro lugar, yo no – tomé mi maleta y
me senté en el sillón de a un lado de la chimenea, pasaron sólo 5 minutos y la
campanilla de la entrada sonó, alcé la vista de la revista que leía y para mi
sorpresa vi al mismo individuo del aeropuerto, acompañado de varios guaruras.
Era un chico de piel morena clara,
cabello negro y un poco largo, cubría su frente con un flequillo, era muy alto,
delgado y era lo único que podía ver de él, porque seguí con su gabardina negra
con cuello, un pantalón gris, sus lentes oscuros y unas botas de montaña.
-Buenos días, vengo por la recepción
que hice ayer, soy Choi Minho.
¿¡Qué!? ¿¡Choi Minho!? ¿¡El famoso que
se presentaría en unos días en mi ciudad!? ¿¡Por el qué estaban locos mis
hyungs!? El que se llevo mi cabaña.
Me levante, pude ver a la señorita, que
escribía algo en la computadora, echarme una mirada de reojo y verla un tanto
nerviosa, caminé hacía ese tal ”Choi Minho”, no era tan alto como supuse, solo
era unos cuantos centímetros más que yo, aclaré mi garganta y el volteó a
verme.
-¡Oh! Eres el de el aeropuerto – se
quito las gafas y me sonrió – De seguro ya supiste quien soy – no cambié en lo
más mínimo la apariencia de mi cara - ¿Quieres que te firme algo?
-No – dije serio – Esa reservación que
tienes es mía, yo la hice una semana antes y como no llamaste a tiempo ya no
había ninguna cabaña desocupada así que te dieron la mía, ahora llego y me
dicen que me vaya a buscar otro lugar donde dormir solo porque tú has venido,
¡ja! Por favor, ve tu a buscar otro lugar y devuélveme lo que es mío – dije
enojado, ahora si no me refrenaría como hace un rato con la señorita, “Choi
Minho, esto, Choi Minho el otro” que tenía de interesante un chico como él.
-¿Es eso cierto? – dijo hablándole a la
señorita.
-Amm… pues verá, señor, digo joven,
digo – Minho la volteó a ver seriamente y ella pareció atragantarse con su
saliva – Sí – dijo mientras evitaba su mirada – pero ya le dije que le
rembolsaríamos el dinero.
-Ok, nos vamos – se giró y me volteó a
ver – acepta el rembolso y quédate en la cabaña, disculpa las molestias – se le
veía realmente enojado, lo que hizo calmar mi enojo, se puso sus gafas y caminó
hacia la salida.
-Joven, no se vaya, aun tenemos una
cabaña más, podemos dársela, por favor – suplico la señorita.
-No, gracias – ni siquiera la volteó a ver,
abrió la puerta y sus guaruras entraron y se quitaron la nieve que comenzaba a
acumularse sobre ellos, le hablaron de algo, a lo que no le puse atención,
ahora tenía cabaña.
-Mis llaves por favor – dije lo más
amable que pude, pero realmente no fue un buen intento.
-Aquí tiene – dijo con voz
decepcionada, tomé las llaves y ni siquiera pregunté en qué dirección quedaba
mi habitación, ya me las arreglaría con el folleto mapa que tenían en la
recepción, en lo que caminaba a la entrada, Minho me paso de regreso a la
recepción.
-¿Tienes o no otra cabaña? – dijo
serio, baje mi paso.
-No – dijo nerviosa – se acaban de
llevar la ultima.
-¡Demonios! – golpeó la barra - ¿Y
ahora qué? – dijo a sus acompañantes.
¡Ay! No lo pude evitar, me metí en el
tema.
-¿Qué sucede? – pregunté volteándome
cansado de tantos problemas en un solo día.
-Sucede que hay una tormenta de nieve
en el pueblo vecino, así que no podemos regresar, la carretera está cerrada y
no dudó que pronto empiece a nevar aquí también – de nuevo paso una mano por
sus cabellos y entonces vi su desesperación y entendí que se debía a que, como
yo hace unos instantes, no tenía donde quedarse.
-Estas cabañas tienen una cama y una
litera ¿no? – la señorita asintió, nerviosa y preocupada porque no fuera a
perder su trabajo – Entonces está arreglado, puede quedarse en mi cabaña, claro
si quiere, sino pues… buena suerte – me gire de nuevo hacía la entrada
-¿Qué esperas a cambio? - ¿¡Qué había
dicho!? - ¿Cuánto quieres? – ¡demonios!
-¡No soy ese tipo de persona! Hasta ese
unos momentos no sabía quién eras, y la verdad si hubiera salido de mi casa
antes de que me invitarán a tu exposición, ahora mismo no sabría quien eres,
así que no quiero nada, solo soy un joven que vino en búsqueda de unas
tranquilas vacaciones en estas montañas y ¡ya! ¿Por qué me reciben con tanto
problema? – estallé – si quieres un techo, ahí lo tienes, sino pues chido por
ti – salí hecho un demonio por la salida, abrí el mapa y comencé a buscar mi
cabaña, estaba muy lejos de las demás.
Abrí la puerta, encendí la chimenea,
desempaqué mis cosas y me acosté, más al rato saldría a conocer el área, ahora
estaba muy molesto.
TOC…TOC..TOC…TOC.
De seguro era él, camine cansado hacía
la puerta y abrí, alcé la vista y ahí estaba él.
-Lo siento yo… - parecía estar buscando
las palabras adecuadas – siempre que se acercan a mí las personas que no
conozco es para pedirme dinero o cosas por el estilo.
-Sí bueno, no todos somos así – me giré
y caminé hacía la cama – supongo que querrás la cama así que yo me iré a la
litera – tome las cosas que había dejado y la tendí un poco, subí hacía mi cama
y revisé que todo estuviera en su lugar, perfecto, me acosté y oía a Minho
ordenar sus cosas.
-Puedo saber ¿Cómo te llamas? –
preguntó desde el closet.
-Taemin, es todo lo que necesitas saber
– escuché un “bien” y después nada, me canse de estar sin hacer nada así que
baje y me calce.
-¿Vas a salir?
-Sí, no me la pienso pasar encerrado
aquí todos los días, así que porque vaya a ser una molestia, no te preocupes,
me la pasaré la mayor parte del día fuera.
-¿Puedo acompañarte? – preguntó
mientras asomaba la cabeza al pasillo, suspiré y asentí.
-Si quieres… pero que quede claro que
no solaparé otro trato como ese de la entrada, sí estás conmigo, somos iguales,
te guste o no – me puse mi chamarra, unas botas de montaña beige y la bufanda
de Key.
Lo primero que quería ver era el
teleférico ya que una vez ahí podría bajar a la pista de hielo o a la zona de
esquí, también podía ver el lago y subir toda la montaña, decidí que primero subiría
toda la montaña y después cuando bajará haría las paradas necesarias, jamás
esperaba que el destino me fuera a jugar chueco.
-¿Te entretienes? – dijo Minho serio,
al verme tan emocionado mirando todo a mi alrededor.
-Sí, y tu deberías hacerlo también.
-Es sólo nieve, Taemin, ¿Qué tiene eso
de divertido?
-¡Todo! – exclamé sin despegar la vista
del vidrio frio – es la primera vez que vengo a un lugar así.
-Pues tan falto de….
-¡Oh, espera me llaman! – saqué mi
celular del bolsillo y vi “Jjong” –¡Hyung! – dije emocionado – ¿A qué no sabes
qué? – Minho a mi lado pareció tensarse, pero luego solo me vio seriamente
mientras hablaba sobre el paisaje y sobre donde estaba y mis planes.
Hable un rato con Key y luego éste puso
el teléfono en altavoz, así que hablaba con los 2.
-¿Qué ya se agotaron las entradas? Pero
alcanzaron a comprar para ustedes ¿cierto?.... Pero si las acababan de abrir
hoy…. – hice un chasquido con mi boca – lo siento, ya será en otra ocasión –
dije haciendo dibujitos sin sentido en la ventana – Key, no te pongas así, no
es la gran cosa – lo regañe – de hecho es muy grosero y creído… ¿Qué por qué
digo eso? Porque se vino a querer robar mi reservación – aclaré – Sí, al final
la recuperé…¡¿Qué?! ¿Qué eso no importa? Pues a mí me importa Choi Minho lo
mismo o menos que a ustedes mi reservación – dije enojado, sentí la mirada
pesada de él.
-¿Con quién hablas? – dijo cuando ya no
pudo aguantar más, solo estar escuchando.
-Con mis hyungs, son muy fan tuyos,
pero lamentablemente no alcanzaron entradas para tu presentación de la próxima
semana.
-Ah, eso… No hay problema, te debo un
favor después de todo.
-Entonces… - el asintió – ¿les venderás
entradas? – Minho se golpeó la frente.
-Minnie, ¿Qué pasa? ¿Quién está
contigo? – Dijo la voz de Key - ¿Está Choi Minho contigo? – Chilló – ¡pásamelo!
¡pásamelo!.
-Quieren hablar contigo – le pase el
celular, que tomo con mucho cuidado, luego lo analizo como si fuera un objeto
raro y se lo colocó un tanto lejos del oído.
-¿Si? Choi Minho al teléfono –
¡kyaaaaaaaaaaaa! No era necesario tener el teléfono para escuchar los gritos de
esos dos – Hola, si estoy con Taemin… a pues eso es porque accedió a prestarme
su cabaña para quedarme a dormir… ¡Oh, no! No es una molestia, es un chiquillo
pero jajaja así son todos a esta edad – lo miré asesinamente – Si, Taemin me
comentó, pero no se preocupen, solo entren y digan que son mis conocidos y ya….
Jajaja si, muchas gracias – estaba seguro de que ahora le estaban hablando de
cuanto lo amaban y adoraban, y etc, etc – Hasta luego…¿Cómo cuelgo esta cosa? –
me preguntó después de quien sabe cuánto tiempo.
-Ni siquiera me dijeron adiós – le
quité el teléfono y colgué.
-Oye… ¿A poco esa cosa te sirve para
llamar?
-Es un celular, para eso sirve – dije
como lo más obvio del mundo.
-Sí, lo sé, pero es tan viejo que…
-Lo viejo tiene su lado bueno, son más
resistibles que todos esos aparatos nuevos, además no tengo dinero para estar
gastando en esas cosas – por estar hablando con los chicos había perdido mi
parada al lago y el esquí, pero aun me quedaba la pista – prepárate porque
pronto vamos a bajar.
-¿En serio patinarás? – ni siquiera
pude contestar esa pregunta, el teleférico dejo de andar y paro muy
bruscamente, como estaba sentado enfrente de Minho el parón me hizo caer a sus
pies literalmente – ¿Estás bien? – me extendió una mano y me ayudo a pararme,
la cosa comenzó a andar de nuevo y luego otra vez paró bruscamente y de nuevo
caí presa de ese empujón, esta vez caí sobre él, mi cara quedo muy cerca de la
suya, alcé la vista y lo tenía demasiado cerca, el me miro sorprendido y me
levanté rápidamente.
-Sí, gracias.
No hubo más plática, todo fue silencio,
nieve, frio y más nieve. Unas horas después comenzaba a preocuparme, me comenzó
a llegar un poco de claustrofobia.
-Taemin…Taemin…¡Taemin! – gritó Minho,
gire y lo vi parado enfrente de mí – ¿Qué sí estás bien?
-No – susurré, mientras me abrazaba a
mí mismo, estaba a punto de tener una crisis – Minho…Estaremos bien ¿Cierto?...
¿Verdad?
-Sí, Taemin tranquilo, pronto se darán
cuenta de que no he regresado y mandaran buscarme, entonces todo estará bien.
-¿Y si nos quedamos aquí toda la noche?
Que tal que nadie se dé cuenta y tengamos que pasar una fría noche al
interperie.
-¡Taemin! – me calló – tranquilízate, estoy
aquí contigo, nada pasará – me abrazó y no sé porque eso fue suficiente para
hacerme sentir bien – tranquilo – susurró en mi oído de una manera muy dulce,
me estremecí bajo sus caricias y me deje hacer….
-Mi…Minho…te…tengo mucho f…f…frio – ya habían
pasado unas 2 horas desde que se paró el carrito, nuestros teléfonos no tenían
señales y la nieve parecía no parar, en cambio ahora caía con más frecuencia.
Minho se quitó su abrigo y me lo colocó, subió el cierre y quedé un poco más
calientito, agradecí esta sensación, pero ahora el pasaría más frio que yo –
Min..ho, no…no era necesario – titirité.
-Cállate – se acerco a mis labios y los
tocó con su dedo – se están poniendo morados –susurró, el calor de su mano me
hizo temblar el labio inferior; lo volteé a ver y el a mí, no había descubierto
que tenía unos hermosos ojos, tenía una mirada muy linda; se acercó poco a poco
sin despegarme la vista e hizo contacto de mis labios con los suyos, ese gesto
me hizo gemir, no me separé en cambio esperé a que su cálido aliento me
calentará, sin pensarlo sus labios se apoderaron de los míos, su mano se colocó
encima de una de las mías, incliné un poco mi rostro y el profundizó el beso,
calor…. Sentía como si hubiera prendido una llama ardiente dentro de mí que
empezaba a transmitirme calor, me quemaba. Nos separamos por falta de aire –
tenemos que irnos – dijo mientras se paraba hacía la puertita del carro, mis
mejillas estaban totalmente sonrojadas y sentía mi cara hervir.
-Continuará